Ejemplos:
¿Comisteis ayer en casa? ¿Dónde has comprado ese traje?
¡Eso es una injusticia! ¡Qué magnífica pintura!
¡Ay! ¡Eh! ¡Oh! ¿Por qué llegaste tarde?
En la utilización de tales signos es preciso tener en cuenta estas consideraciones generales:
Los signos de interrogación y de exclamación son dos en cada caso: los signos que indican apertura (¿ ¡) y los signos que indican cierre (? !); se colocan al principio y al final del enunciado interrogativo y exclamativo, respectivamente.
En nuestra lengua es obligatorio poner siempre el signo de apertura, que no deberá suprimiese a imitación de lo que ocurre en la ortografía de otras lenguas, en las que sólo se usa el signo final porque tienen otras marcas gramaticales que suplen el primero.
Después de los signos que indican cierre de interrogación o de exclamación (? !) no se escribe nunca punto.
El signo de principio de interrogación (¿) o de exclamación (¡) se ha de colocar donde empieza la pregunta o la exclamación, aunque no comience con él el enunciado.
Ejemplos:
Con respecto al impacto ambiental, ¿se ha previsto algún tipo de medidas para que su efecto sea el menor posible?
Si consigues la plaza, ¡qué alegría se va a llevar tu padre!
Obsérvese cómo los vocativos y las proposiciones subordinadas, cuando ocupan el primer lugar en el enunciado, se escriben fuera de la pregunta o de la exclamación. Sin embargo, si están colocados al final, se consideran dentro de ellas.
Ejemplos:
Susana, ¿has decidido qué vas a hacer? ¿Has decidido qué vas a hacer, Susana?
Pepe, ¡cuánto me alegro de que hayas venido! ¡Cuánto me alegro de que hayas venido, Pepe!
Si no responde, ¿qué le vamos a decir? ¿Qué le vamos a decir si no responde?
Cuando se escriben varias preguntas o exclamaciones seguidas y estas son breves, se puede optar por considerarlas oraciones independientes, con sus correspondientes signos de apertura y cierre, y con mayúscula al comienzo de cada una de ellas.
Ejemplos:
¿Dónde estás? ¿A qué hora piensas volver? ¡Quedan cinco minutos! ¡Llegamos tarde! ¡Date prisa!